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Plaza Pringles

La Plaza Pringles es el pulmón verde del microcentro de la ciudad de Rosario, ocupando sólo media manzana. Está rodeada por el Pasaje Álvarez y las calles Córdoba, Paraguay y Pte. Roca

El terreno que ocupa fue comprado por el jefe político (alcalde) de Rosario Nicasio Oroño y se convirtió en un espacio público en 1898. Recibió diferentes nombres hasta llegar a llamarse Pringles.

Hacia fines del siglo XIX se la denominaba Plaza Correa, como figura en un plano oficial de Rosario del año 1900, luego fue llamada Plaza General Paz y fue en 1958 que obtuvo el de Pringles en homenaje a quien fuera héroe de las Guerras de la Independencia de América del Sur, el Coronel Juan Pascual Pringles.

Su planta y estructura funcional es netamente francesa. La palmera china también conocida como palmito alto y la palma de las canarias son los árboles que se encuentran en esta plaza que además tiene ejes compositivos centrales y puntos relacionados:

La fuente de agua circular central con “Dionisio Adolescente” de José Gerbino sirve de eje mayor en relación a las otras dos esculturas que irrumpen en la actualidad: la que representa a Pringles está sobre calle Paraguay y el busto de Amado Nervo en el mismo eje pero sobre calle Pte. Roca.

Por su centro también pasa el eje menor de la plaza según la dirección norte-sur.

Entre los principales edificios que la rodean encontramos la Biblioteca Argentina “Dr. Juan Álvarez”, inaugurada en 1912 con un total exacto de 9.423 libros. La ilusión de su autor al fundarla fue que se transformara en un espacio público y social abierto a todos.

La sala de lectura fue construida donde antes estaba emplazada la caballeriza municipal del Patio del Mercado. Hasta allí llegaban a principios del siglo pasado las carretas con mercadería provenientes de localidades cercanas. Tiene forma octogonal, doce columnas y en un principio la iluminación era natural gracias a sus veinticuatro ventanas y seis claraboyas. Dicha sala de lectura mantiene intactos muchos detalles que Álvarez colocó allí desde el principio: las sillas de esterilla, los pupitres, las columnas y los estantes.

Pasaron por esta sala de acústica perfecta grandes personalidades: Jorge Luis Borges, Victoria Ocampo, el gran pianista polaco Artur Rubinstein, José Ortega y Gasset, Leopoldo Lugones, Alfonsina Storni, el guitarrista Andrés Segovia, José Ingenieros, entre otros.

El patrimonio de la biblioteca tuvo en su haber objetos y antigüedades que siguieron su camino, nadie sabe hacia dónde. Dentro de los "Objetos históricos de la biblioteca" se encontraban: Una esfinge monumental provista de ruedas para poder trasladarla, reproducciones de armas prehistóricas, un autógrafo de Richard Wagner, un tubo con cenizas de una erupción del Vesubio y un ladrillo de la Pirámide de Mayo entre otros. De todo eso queda, todavía, una copia facsimilar de la Piedra Rosetta y una réplica de un busto de Bruto esculpido por Miguel Ángel en Roma hacia 1540.

Hoy en día el edificio es considerado patrimonio cultural y cuenta con más de 200.000 libros que la convierten en la biblioteca pública más grande de la ciudad de Rosario.

Las dos residencias de los Fernández Díaz, la primera ya demolida, por calle Córdoba obra del arquitecto Augusto Plou y la siguiente sobre Pasaje Álvarez al 1516 diseñada por el arquitecto Alejandro Christophersen, donde actualmente funciona la Defensoría del Pueblo de Santa Fe.

En 1900 la esquina de Córdoba y Pte. Roca era habitada por el Edificio de Rentas Ibarlucea, mientras que en la esquina noroeste de Córdoba y Paraguay se encontraba el bar “El Pampa” recordado por sus sándwiches y lisos.